viernes, 27 de junio de 2014

Charles de Gaulle





Con el rango de capitán combatió en la Primera Guerra Mundial, siendo apresado y herido en varias ocasiones. Durante el período de entre guerras ejerció diversos cargos militares, en particular el de secretario del Consejo de Defensa Nacional (1937–1940), bajo el mando del mariscal Pétain. Ante la rendición de su país frente a los invasores alemanes durante la II Guerra Mundial, fundó en su exilio en Londres el movimiento «Francia Libre» en contra del gobierno de Vichy y prosiguió la lucha desde las colonias y apoyando la Resistencia interior. Tras la liberación de Francia, encabezó el gobierno provisional de la República hasta 1946.

En 1958 llegó a la presidencia de la República y durante su mandato tuvo que hacer frente a la resolución de la guerra argelina, la renovación del sistema político con la instauración de la V República, la impulsión del proyecto europeo o el movimiento social de mayo de 1968, hasta su dimisión en 1969.

Estuvo casado con la señora Yvonne, cuyo nombre de soltera era Yvonne Charlotte Anne Marie Vendroux desde 1921 y fue padre de los tres hijos: Philippe (París, 1921), Élisabeth (París, 1924) y Anne (1928 - 1948).

Primera guerra mundial 
Teniente al principio de la Primera Guerra Mundial, después es ascendido a capitán. Herido en su bautismo de fuego en Dinant el 15 de agosto de 1914, se une al 33º Regimiento de Infantería en el frente de Champagne para dirigir la 7ª compañía. Le hieren de nuevo el 10 de marzo de 1915, en la Somme. Decidido a luchar, desobedece a sus superiores atacando las trincheras enemigas. Este acto le costó una suspensión de ocho días en sus funciones. Oficial minucioso, voluntarioso y testarudo, su inteligencia y su valor le distinguen hasta el punto de que el comandante del 33º Regimiento de Infantería le ofrece ser su adjunto.

El 2 de marzo de 1916, su regimiento es atacado y casi destruido defendiendo el pueblo de Douaumont, cerca de Verdún. Su compañía se ve mermada tras un combate sin piedad y los supervivientes rodeados. Intenta entonces traspasar las líneas enemigas que le asediaban, pero por tercera vez le hieren gravemente con una bayoneta. Se ve obligado a rendirse a las tropas alemanas que, después de curarle, lo internan.

Tras un intento de evasión fallido, es trasladado al fuerte de Ingolstadt, en Baviera, un campo de concentración destinado a los oficiales inquietos. Un «lamentable exilio» fueron las palabras con las que describió a su madre su suerte. En este período traba amistad con otro prisionero, Mijaíl Tujachevsky, quien se convertiría en uno de los más importantes generales soviéticos. Para no aburrirse, de Gaulle organiza para sus compañeros cautivos ponencias magistrales sobre el estado de la guerra. Pero, sobre todo, intenta la evasión cinco veces, sin éxito, ya que su gran estatura le hace demasiado visible. Es liberado después del armisticio. De sus dos años y medio de cautiverio guardará un recuerdo amargo, considerándose un «revenant», un soldado inútil que no ha servido para nada.

Segunda guerra mundial 
Entre 1932 y 1937, durante el período de entreguerras, De Gaulle fue destinado a la Secretaría General de la Defensa Nacional, donde pudo conocer la política francesa de defensa nacional, con la cual estuvo permanentemente en desacuerdo, pues consideraba que los ejércitos modernos, y Francia debía tener uno, avanzaban hacia los grandes cuerpos motorizados y hacia la aviación, cosa que Francia no apreciaba, creyendo que el modelo de la guerra futura sería similar a la Primera Guerra Mundial, por lo que la defensa se fundaba en la Línea Maginot. Para exponer sus ideas escribió el libro L'armée de metier, por ello adquirió gran notoriedad, pero formidables enemigos y detractores. Durante la invasión nazi trató de convencer al Gobierno de que abandonara Francia y se estableciera en el Imperio, es decir, en la Francia colonial, concretamente en Argel, desde donde se recuperaría Francia y se mantendría libre del deshonor de un armisticio con los nazis. Ante la entrega de Francia a Hitler, abandonó el país y asumió el mando de la Francia Libre o Francia Combatiente hasta el triunfo de los aliados, apoyándose en su Llamamiento del 18 de junio de 1940.

Escribió el libro L'Appel (1940, 1941 y 1942), donde relata la enorme tragedia de la ocupación, el espíritu derrotista, la entrega al enemigo, el llamamiento a no claudicar desde Londres, la organización de la Francia Libre, la lucha por la dignidad de ésta en defensa de toda Francia y las enormes aportaciones que estos franceses prestaron a los aliados permitieron a Francia ocupar con dignidad un lugar entre las potencias victoriosas.
Se opuso a la Francia de Vichy de Pétain, su antiguo jefe, que colaboró con los nazis.

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